A Dos Metros Bajo Tierra.
Te voy a cantar una canción que habla del mundo y sus costumbres.
Y de la mucha gente extraña con la que te encontrarás:
Desde el ricachón podrido de dinero
Hasta el pobre desgraciado que lucha por sobrevivir.
Por muy pobre que sea un hombre, harapiento y andrajoso,
Hay algo que no debes olvidar.
Recuerda el adagio: toros moriremos,
Y dos muertos bajo tierra a todos nos igualan.
Está el rico, a quien sobra la riqueza,
Pero alza la frente altanero.
Y piensa que está por encima del humilde obrero
Que se gana honradamente el pan.
Sin embargo, no podrá llevarse el oro y las joyas cuando llegue su hora,
Porque la muerte acecha sin distinción, y demuestra así
Que dos metros bajo tierra a todos nos igualan.
Son muchos los abrigos desgastados y andrajosos
Bajo los que late un corazón leal y sincero,
Pero como no va bien vestido
La sociedad lo aparta de su seno.
Porque a uno le sonríe la misma fortuna que al otro le da la espalda.
Por mucho que haya puesto de su parte;
Hasta que el tiempo acaba por llevarlos a la tumba,
Y dos metros bajo tierra a todos nos igualan.
Por eso, si alguna vez encuentras a un desgraciado que intenta
Burlar las dificultades de la vida,
Ayúdale, y tal vez lo consiga.
No lo machaques por ser inferior a ti.
Porque si das un vaso de agua por caridad
Se tendrá en cuenta con júbilo en las alturas.
Todos somos humanos, todos moriremos,
Y un par de metros bajo tierra a todos nos igualan.
Todos somos humanos, todos moriremos,
Y un par de metros bajo tierra a todos nos igualan.
Autor desconocido.
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